sábado, 25 de abril de 2015

Vida laboral y cáncer de mama

Llevo ya tiempo queriendo escribir sobre este tema... currar.

Antecedentes: 

Estuve de baja por cáncer de mama... ¡¡¡¡1 año!!!! Un mes antes, mi vida laboral no existió... todo era miedo y miles de pruebas... y hasta 4 meses después de mi alta, no me incorporé a mi puesto de trabajo.

A mitad de mi periodo de baja, finalizó mi contrato laboral, aunque afortunadamente, pude retomar mi actividad meses más tarde por el tiempo que había estado de baja. Además, por determinadas circunstancias, tuve... sí, se podría decir así, la suerte de tener 4 meses para vivir la vida a tope una vez ya recuperada, sin tener que ir a currar... y disfruté del verano de mi vida!!! 

¿Nueva etapa laboral post-cáncer? Suerte.
  • He tenido la suerte de estar en un sitio donde los compis me tratan igualito que antes... lo que facilita la reincorporación.
  • He tenido la suerte de estar en un sitio donde he tenido todas las facilidades para poder ir a médicos, revisiones, etc. De hecho, por la reconstrucción CAP he vuelto a estar de baja casi un mes... Y, ni una mala cara....ni, qué jartura de niña!!! Al menos que yo sepa...jejeje!!! 
  • He tenido la suerte de volver a mi puesto de trabajo.....y poder desempeñarlo, a veces con más ayuda que antes. (Tengo un trabajo de estar delante de un ordenador, leer mucho y de vez en cuando pisar un laboratorio). 

Es una suerte porque todos los trabajos no son iguales... y después del cáncer de mama, tú tampoco eres igual, así que hay una probabilidad bastante alta de que no puedas seguir realizando tu trabajo... O lo que es peor... Que tras 1 año o 1 año y medio, tengas que reincorporarte y tú ni física ni mentalmente seas capaz de hacerlo... Por lo que estás totalmente desprotegida. 

Tienes que trabajar y no puedes, pero la incapacidad temporal se acaba y la incapacidad definitiva, no te la conceden. Así que, ¿cómo lo haces?

Sencillamente, malvives. 

Hoy escribo esta entrada por una mujer que es más que una leona... es la reina de las leonas porque le está dando voz a muchas de nosotras... Es Beatriz Figueroa. Ella cayó enferma estando parada y le dicen 1 año después que tiene que volver a trabajar porque las ayudas ya se le acaban... y no puede aún trabajar!!! 

No todas podemos... Es una realidad a la que me he enfrentado. Yo me he recuperado muy bien y todos los pasos que he dado han sido hacia delante. No he tenido complicaciones, ni durante la quimio, ni durante la operación, ni con la reconstrucción... 

Todo bien, lento, pero bien... pero, no es lo normal, desgraciadamente. Surgen muchos inconvenientes en esta lucha... Retrasos con las sesiones de quimio, rechazos de los expansores, cicatrices que no se curan, etc, etc, etc. Yo aún no he acabado mi reconstrucción y todo ha ido como la seda... Repito, aún no he acabado y voy para 2 años desde mi primera quimio...

Yo, como Beatriz Fiqueroa, considero que la enferma de cáncer de mama, como cualquier cáncer, debería estar más protegido. A veces, es estupendo llevar pañuelitos rosas, lacitos, gafitas, carreritas.... pero, si la enferma está sola en el peor momento, de nada sirven. No podemos estar siempre en este país confiando en que habrá una madre, un padre, unos abuelos, unos hijos, etc. que estén ahí para ayudar, en este caso, económicamente,.... El Estado debería protegernos cuando más desvalidos estamos.

Yo como Beatriz Figueroa considero que hay que cambiar la ley y proteger a los enfermos de cáncer. 

Os dejo un enlace de la plataforma Change.org y os invito a firmar la propuesta de Beatriz... Si sois de poneros lacitos rosas, esto merece mucho más la pena!!!!


No esperéis a pasar por un cáncer para daros cuenta de esta realidad tan triste... ya os aviso yo, que para eso ya lo he sufrido.



Firmas. Besines.

lunes, 20 de abril de 2015

Fábula

Había una vez una luciérnaga que, día tras día, era perseguida por una serpiente.

La luciérnaga, ya que estuvo demasiado cansada para continuar huyendo, se detuvo para hablar con su perseguidora.

- ¿Puedo hacerte tres preguntas?

- Como te voy a devorar de todos modos, pregunta lo que quieras. -contestó la serpiente.

- ¿Pertenezco a tu cadena alimentaria? – preguntó la luciérnaga.

- No. – dijo la serpiente.

- ¿Te he hecho algún mal?

- No.

- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?

Porque no soporto verte brillar.

domingo, 19 de abril de 2015

Esos pequeños seres queridos...

Lo sé, casi se me va el mes de abril y no estoy muy activa. A veces, no tiene una la inspiración y para que me visite, necesito más tiempo del habitual.

La de hoy, es una entrada algo distinta, pero especial para mí. Y aunque cuando empecéis a leerla creáis que nada tiene que ver con el cáncer de mama, yo os iré explicando lo importante que ha sido para mi recuperación.

Ayer, 17 de Abril, mi canario Gordito nos dejó. Tras unos días difíciles para él, se cansó y nos dijo adiós. He llorado tanto por él como cuando se me ha ido alguien muy querido... pero es que él era un ser muy querido.

La verdad, 2 años atrás jamás pensé que a ese bichín se le podría coger tanto cariño... Uno lo espera de un perro o un gato, con los que interaccionas más y te corresponden también más. Un canario no da mucho juego, pero cuando lo tienes a tu cuidado, ahí reside el cariño.

Durante estos años, lo hemos cuidado, lo hemos alimentado, le hemos hablado, lo hemos montado en coche y hasta se ha venido de vacaciones con nosotros a la playa!!!! Mi canario es el rey de los canarios...!!!!

Como os decía, he llorado por él mucho... Y en los últimos momentos, hemos estado ahí con él, intentando que bebiera al menos un poco que agua. He sentido que le debía algo a ese bichín tan pequeño.

Os explico.

Llegó a mi casa una mañana. Ya me habían diagnosticado cáncer de mama. Al principio, no podía cuidar mucho de él porque con la quimio y la bajada de defensas, no me encargaba de él para evitar cualquier tipo de infección, pero era mi compañero en la soledad de mi casa. Y cantaba como nadie. Para una enferma de cáncer en tratamiento de quimioterapia, charlar es fundamental... Y él, se limitaba a escucharte y a cantar como si nada... Un oyente ideal!!! 

El pobre llegó a casa desplumado y muy desmejorado... Estaba tan peloncho como lo estaba yo. Con la muda, dejó de cantar. La verdad, su deterioro fue paralelo al mío... No sé, me sentía algo reflejada en ese bichín. 

Su recuperación, no sé, me dio alas a mí. Al poco tiempo de la mastectomía, cantó. Y lucía como nadie. Ese día aún estaba calva, sin pecho y sin poder apenas moverme. Ese día lloré porque supe que yo también me recuperaría. 

Siempre digo que fue mi marido el que me motivó para que me esforzara a salir a la calle y dar mis paseos semanas más tarde de la mastectomía. No podía casi moverme, y el encierro en casa le hacía mucho daño a mi estado de ánimo. Pero si tengo que ser sincera, tener que cuidar del canario fue lo que más me motivó... Me sentía totalmente dependiente, que siempre digo es lo peor de este viaje que he vivido, pero tener a alguien que depende de tí hace que te pongas las pilas. 

Yo no tengo hijos, pero creo que entiendo a las mujeres que tienen cáncer de mama y son madres... Por sus hijos deben de hacer unos esfuerzos tremendos por estar ahí presentes, por cuidarlos, por atenderlos, por abrazarlos... aunque fallen las fuerzas. 

No me he vuelto loca del todo, y un canario es un canario... Ya vendrá otro (aunque nunca como mi pollo), pero fue por él por el que aunque no tuviera fuerzas ninguna me levantaba de la cama. Él estaba esperando a que le cambiara el agua, le pusiera alpiste nuevo y lo sacara a la ventana... Hala, a cantar!!! Por él, ejercitaba mis brazos. No podía separarlos de mi tronco. El gesto de sacarlo a la ventana me resultaba imposible. Hasta que lo hice. No quería ayuda. Yo lo tenía que hacer. Y así, muchas cosas más que se quedan en mis recuerdos.

Lo que quiero transmitir hoy es que tenerlo en casa me dio muchas alas... porque tuve a alguien de quien preocuparme y alguien a quien cuidar, que dependiera de mí. Me hacía no pensar tanto en mí. Y sentirme útil. Y no un estorbo.

Creo que eso es fundamental, no sólo para esta enfermedad, sino para la vida en general. El ombliguismo y el victimismo son los peores males de esta sociedad. Deberíamos aprender a saber que por muy mal que estemos, no podemos ponernos nosotros mismos barreras del tipo "Estoy fatal, no puedo moverme, no tengo fuerzas, me duele, ....". Sé lo que es estar fatal, sé lo que es no poder moverme, sé lo que es no tener fuerzas y, desgraciadamente, sé lo que es el dolor... pero si he superado esto es porque me han ayudado a no estar tan pendiente de mí y yo he aprendido a no estarlo. Incluso ahora, cuando la vuelta a la normalidad provoca que una retome viejos hábitos, soy capaz de darme cuenta y actuar a tiempo.

Yo tuve un canario que me ayudó a aprender esta lección... Que no hay nada como ser generoso y entregarnos a tope. Sin barreras, ni limitaciones. Y que el amor y el cariño se esconden en todos los rincones...incluso en los de una jaulita. 

Adiós Gordito. Te quisimos mucho. 









miércoles, 1 de abril de 2015

Dona sangre, dona vida

Ya estamos de vuelta... He estado unos días en el Valle del Jerte, concretamente en Valdastillas. Un fin de semana rural y entre cerezos en flor. Visitar el Valle del Jerte cargado de flores blancas es de esas experiencias que una persona debe hacer en su vida antes de pasar a la siguiente ronda.


De eso trata hoy el blog, de cosas que hay que hacer en esta vida antes de que se nos acabe la cuerda

Antes de irnos de viaje, mi marido recibió una cartita del Centro de Transfusiones de Sevilla, solicitándole, como donante de sangre que es, que en estas vacaciones se acordara de donar, que siempre en estas fechas donde hay tanto movimiento de vehículos y tantos accidentes, se necesita sangre... la 0+ está muy cotizada.

Nunca he sido más consciente de la necesidad de donar sangre hasta que no he podido hacerlo. 

Los enfermos de cáncer no podemos ser donantes de sangre ni de órganos. Es un poco cruel enterarte porque de nuevo se te ponen los pelos de punta al recordar que esta enfermedad parece siempre dispuesta a joderle la vida a alguien. 

Pues eso, que no puedo donar sangre. Porque he tenido cáncer de mama. 

Pero mi Anto es donante. 0+. Y dona su sangre desde antes que yo me pusiera enferma porque sabe que hay mucha gente que la va a necesitar en un momento vital, en algunos casos, su sangre ha podido salvar una vida. Fíjate si es importante donar sangre. 

Y es sencillo. Y no duele. Y lo puedes hacer cuando mejor te venga. Sin horarios, ni imposiciones, ni citas previas... Vas, te ven que estés en óptimas condiciones y, no sé, 20 minutos o media hora después te invitan a un zumo con galletas o bollos. 

Sólo para que te repongas. Sólo para darte las gracias. 

Yo siempre pensaba que la sangre se usaba en accidentes graves o en operaciones complicadas en las que se perdía mucha sangre. Mi realidad me ha hecho darme cuenta de que es fundamental en otras muchas situaciones: los enfermos de cáncer en tratamiento necesitamos en muchos casos una transfusión de sangre. 

Durante la quimioterapia, hasta en las más llevaderas, lo peor que te puede pasar, y lo digo por experiencia propia, es que tus defensas mueran por el veneno. La quimio no sólo te hace vomitar o tener fatiga. La quimio no sólo te deja calva. La quimio no distingue el bien del mal y va a por todas. Así que, a veces, en la guerra, tus glóbulos blancos pierden la batalla. Y los rojos. Los rojos también caen. 

Yo perdí mis defensas y estuve muy delicada durante un tiempo, aunque gracias a la medicina y los fármacos, pude reponerme poco a poco y seguir con la quimioterapia. Nunca estuve anémica, pero sé que otras chicas sufren episodios graves de anemia. 

Nunca necesité una transfusión, pero... 

¿es que siempre debemos pasar por algo para saber lo que es importante realmente en la vida?

Es en estas situaciones, graves, en las que los enfermos de cáncer necesitamos tu sangre. Me estoy acordando ahora de los enfermos de leucemia. Ellos, más que nadie saben lo valioso de la sangre de un sanote. Tu sangre les puede salvar la vida y les puede, al menos, aliviar los síntomas.

Hoy os estoy hablando de sangre, de donar sangre, pero os invito a donar vida, realmente. 

No esperemos a necesitarla para darnos cuenta de que un simple gesto, generoso, puede ayudar a otra persona a que pueda seguir viviendo.